La década de los noventa comenzó con éxitos. De entrada, llegamos a las tres finales de los torneos que disputamos en la temporada 1990-91. Tanto en el torneo de Liga como en el de Copa, fuimos subcampeones. Cronológicamente, primero fue la final de Copa, ante los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara, con los que perdimos en dos juegos por la mínima diferencia.
La segunda final de la temporada fue en la Copa de Campeones de la Concacaf, donde nos enfrentamos al Pinar del Río de Cuba, primero el 19 de febrero de 1991 como visitantes empatamos a dos con goles de Guillermo Huerta a los 25 minutos y Teodoro dos Santos ‘ Toninho’ al 31’. El juego de vuelta lo disputamos el 12 de marzo en el estadio Azteca y goleamos al equipo cubano 6-0 con tantos de Teodoro dos Santos ‘Toninho a los 3’, 9’, y 84’, así como Luis Roberto Alves ‘Zaguinho’ a los 68’, 80’. Un autogol de Osmín Hernández a los 85 minutos cerró la cuenta. De manera que con un global de 8-2 conseguimos el título. Nuestro técnico, Carlos Miloc dispuso la siguiente alineación: Alejandro ‘Gallo’ García (Adrián Chávez 46’), Juan Hernández (Guillermo Huerta 70’), Enrique Rodón, Alfredo Tena, Cesilio de los Santos; Cristóbal Ortega, Alejandro Domínguez, Gonzalo Farfán; Efraín Munguía, Teodoro dos Santos ‘Toninho’ y Luis Roberto Alves ‘Zaguinho’ .
Nuestra tercera final de la temporada fue en la Liga, y fue muy meritorio, ya que luego de empezar muy mal el torneo, cuando éramos dirigidos por Dragoslav Šekularac, entrenador serbio que nunca pudo encontrarle el modo al equipo y salió después de la jornada 23, cuando el equipo iba muy mal. En su lugar llegó Miloc, un experimentadísimo y brillante técnico, ganador por excelencia. Con fama de técnico duro y estricto, el ‘Tanque’ le devolvió al equipo la idea e ilusión y fue tal su acoplamiento, que llegamos a disputar el título, el cual quedó en manos de los Pumas de la Universidad Nacional, luego de haber empatado globalmente a tres goles y haber sido superados únicamente por el criterio de desempate del ‘gol de visitante’. Primero en el Azteca ganamos 3-2 y después en CU caímos 1-0. Pero lo hecho por el equipo, quedó ahí, grabado con mucha satisfacción.
La temporada 1991-92 empezó bien para el América hasta la jornada 4, llevaba dos triunfos y dos empates. El partido de la jornada 5 sería reprogramado, para dar paso al juego de vuelta de la final de la Copa Interamericana, contra el Campeón de la Copa Libertadores, el Olimpia de Paraguay el 12 de octubre de 1991. Previamente el 2 de octubre en el juego de ida, en el estadio Defensores del Chaco de Paraguay, el América, obtuvo un valioso empate a un gol, mediante la anotación de ‘Edú’ al minuto 9. En dicha fecha, se conmemoraba también el 75 aniversario de la fundación del club. Nosotros que éramos los campeones de Concacaf, salimos como favoritos, y no hicimos quedar mal a nadie, ya que ganamos 2-1, con dos goles de Teodoro dos Santos ‘Toninho’, a los 7’ y 41 minutos. Nuestra alineación triunfadora fue con Alejandro ‘Gallo’ García; Juan Hernández, Alejandro Domínguez, Enrique Rodón, Cesilio de los Santos; Eduardo Córdoba (José Vaca 26’), Gonzalo Farfán, Antonio Carlos Santos; Eduardo dos Santos ‘Edú’, Teodoro dos Santos ‘Toninho’ (Arturo Cañas 64’) y Luis Roberto Alves ‘Zaguinho’. Así, por segunda vez en la historia, y primera que un equipo mexicano era Bicampeón de la Interamericana, las Águilas se coronaban, en un juego de poder a poder, duro y ríspido.
Fue tan duro que se suscitó una bronca a los 50 minutos, cuando el paraguayo Julio César Romero, ‘Romerito’, hizo una entrada violenta a ‘Edú’. Ante la sorpresa de todos, el técnico americanista, Carlos Miloc, entró al terreno de juego enardecido por la agresión del paraguayo, y el jugador guaraní, Fermín Balbuena le dijo algo por lo que Miloc le tiró un golpe y cayó al suelo. Al ver esto, su compañero Delgado responde con un derechazo sobre Miloc, y este también se fue al césped; se generalizo bronca que afortunadamente dura poco tiempo. Nuestro entrenador fue expulsado y al día siguiente renunció a su puesto, ante la inminente sanción por parte de FIFA, de un año de suspensión por agresión a un jugador rival.
La salida de Miloc perjudicó a nuestro equipo que nunca se pudo recuperar del golpe anímico. El nuevo entrenador fue el famoso ex jugador brasileño Paulo Roberto Falcao, pero su llegada no ayudo mucho y nuestro conjunto no hizo un buen campeonato 1991-92, quedándonos eliminados en la ronda de repesca, antes de la liguilla, donde caímos con Cruz Azul.
Para la temporada 1992-93 Falcao fue ratificado por Panchito Hernández y el presidente Diez Barroso hizo lo imposible por repatriar al ídolo mexicano, Hugo Sánchez Márquez que jugaba en el Real Madrid, donde había logrado cualquier cantidad de éxitos. Fue contratado también el argentino Germán Martelotto, goleador y creativo del Monterrey que rindió frutos. Fueron dos torneos donde teníamos participación, Liga y Concacaf, y solo en la segunda hubo buenos resultados para Falcao donde nos situamos en la final, intercalada en la mitad del torneo liguero.
Pero la situación en el torneo doméstico era diferente, el técnico brasileño no pudo más y fue dado de baja en la jornada 16 no sin antes haber tenido la osadía de poner a jugar como centro delantero al portero suplente Adrián Chávez en el partido contra el Querétaro, en el estadio Azteca, el 8 de noviembre de 1992. Al poco tiempo salió del equipo y en su lugar llego nuestro viejo conocido, y también bicampeón Miguel Ángel ‘Zurdo’ Lopez.
Nuestro técnico monarca en los torneos 84-85 y Prode 85 arribó e inyectó una sobredosis de vitalidad y adrenalina al equipo. En cuanto llegó a su primer entrenamiento en Coapa luego de seis años de ausencia, fue conocer a todos los jugadores y volteó a ver las fuerzas básicas, donde le llamó mucho la atención un chamaco descarado para jugar, pícaro, rápido y encarador. Le gustó tanto que lo incluyó en el primer equipo y citó a la concentración previa al juego contra Cruz Azul el 29 de noviembre de 1992. Para la siguiente jornada, el 5 de diciembre jugando contra el León en su estadio Camp Nou, decide hacer ingresar al muchacho en cuestión. Su nombre, Cuauhtémoc Blanco Bravo, un diamante en bruto.
La primera prueba de fuego para López se presentó el 5 de enero de 1993 ante el Alajuelense de Costa Rica en la final de la Copa de Campeones de la Concacaf, disputada en Santa Ana, California. Con gol a los 67 minutos del ‘Pichichi’ Hugo Sánchez, el América consiguió un trofeo más para nuestras vitrinas. De nueva cuenta, nuestro equipo era el campeón de la Concacaf. Esa noche el ‘Zurdo’ dispuso la siguiente alineación:Alejandro ‘Gallo’ García; Juan Hernández, Óscar Ruggeri, Enrique Rodón, Cesilio de los Santos; Raúl Rodrigo Lara, Gonzalo Farfán, Germán Martelotto; Francisco Uribe (Alejandro Domínguez 76’), Hugo Sánchez y Luis Roberto Alves ‘Zaguinho’.
Una vez de regreso en el torneo casero, el ánimo y mentalidad del equipo fueron suficientes para levantar los resultados y llegamos hasta las semifinales, donde fuimos eliminados por el Monterrey en una noche negra en cuanto a arbitraje se refiere, ya que el silbante de Costa Rica, Bernie Ulloa, invitado por la Federación Mexicana de Futbol para pitar ese cotejo, tuvo una desafortunada actuación y nos anuló tres goles la noche del 25 de mayo.
Ese sería el primero de cuatro campeonatos seguidos donde nos quedaríamos en las semifinales. En la temporada 1993-94 caímos ante los Tecos de la UAG 3-4 global y donde marcó la nueva salida del ‘Zurdo’ del equipo. La campaña 1994-95 fue en una temporada que brillante para el América, y el entrenador fue el holandés Leo Beenhakker, exitoso y varias veces Campeón con el Real Madrid, que revolucionó al medio con un par de jugadores africanos, Kalusha Bwalya, capitán de la Selección de Zambia y Francois Omam Biyik, mundialista de Camerún; estos dos futbolistas, sumados a Luis Roberto Alves ‘Zaguinho’, Cuauhtémoc Blanco y Joaquín del Olmo lograron un inusual entendimiento y el equipo jugó por nota. Lamentablemente el entrenador fue separado del cargo prematuramente y no cerramos el torneo de la mejor manera, fuimos eliminados en la semifinal ante el Cruz Azul 3-2 global. Para el certamen 1995-96, el último torneo largo a la fecha en el futbol mexicano, bajo el mando de los argentinos Marcelo Bielsa primero y Jorge Castelli después, el Necaxa nos ganó 3-1 global en la antesala de la gran final.
Con los torneos cortos llegaron los sinsabores al equipo. Los entrenadores Ricardo La Volpe y Carlos de los Cobos (Invierno 96), Jorge Solari y Gonzalo Farfán (Verano e Invierno 97), Carlos Reinoso (Verano e Invierno 98), Carlos Kiese (Verano e Invierno 99), Alfredo Tena (Invierno 99 y Verano 2000) y Alfio Basile (Invierno 2000) no lograron levantar al conjunto.
Lo destacable en este tiempo fue el Superliderato del Verano 97’ con 37 puntos, la primera participación del América en la Copa Libertadores en 1998, donde llegamos hasta los octavos de final donde caímos ante River Plate de Argentina y el campeonato de goleo que obtuvo Cuauhtémoc Blanco en el Invierno 98 al marcar 16 tantos.


